«Pidamos al Señor ser tierra fértil, que nuestro corazón y nuestra conciencia escuchen la Palabra de Dios y la pongan en práctica»
Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, OF.M., Arzobispo de Trujillo, reflexiona sobre el Evangelio del Domingo XV del Tiempo Ordinario en el que ha coincidido la fiesta litúrgica de la Virgen del Carmen. Al inicio de su homilía señala que “desde el púlpito del mar” (una barca) el Maestro de Galilea cumple su tarea de predicar el Reino de Dios.
Jesús: predicador fascinante
Para el Arzobispo de Trujillo “Jesús era un predicador fascinante, su palabra no pasaba desapercibida por los que lo escuchaban y sus enseñanzas no se perdían en vacíos y genéricos sermones o en complicadas hipótesis y tesis.”
En esta reflexión, además, Mons. Miguel indica que “Jesús amaba empezar con signos concretos de la existencia, llevándolos a valores ulteriores y altísimos.” Para poder comunicar a todos el mensaje desde la verdad con sencillez y de bondad.
Jesús nos propone un símbolo agrícola clásico, el de la semilla y el sembrador
Además, el también Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) ha dicho que “la parábola es tan concreta que nos envía directamente a la arcaica y contemporánea técnica agraria del campesino palestino que echa la semilla a brazo abierto sobre el terreno” en cuanto hace referencia a la forma cómo siembra el campesino.
Dos reacciones
En otro momento, el Arzobispo de Trujillo nos enseña que “de un lado está el aparente fracaso de la mayoría de las semillas tiradas, debido a las grandes extensiones de terreno árido y estéril y la espesa maleza que cubre el campo. Y de otro lado, está la sorprendente abundancia del fruto que florece de la menor cantidad de semilla y de las áreas fértiles.
Mons. Miguel al concluir su Homilía de este domingo señala que “la parábola enseña que los fieles seamos terrenos fértiles ante la Palabra de Dios que estamos recibiendo” cada día, todos los días.
Puedes leer su homilía completa aquí:
XV-TO-VIRGEN-DEL-CARMEN