“En el campo de la historia se enfrentan siempre el trigo y la cizaña; el Señor y el espíritu del mal”
DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO:
En su homilía dominical del Domingo XVI del Tiempo Ordinario, Mons. Miguel nos invita a descubrir que el mensaje de Jesús está “escondido bajo los signos de la naturaleza y las pequeñas escenas de la vida cotidiana.” (las cizaña, la semilla de mostaza y la levadura)
La cizaña que se confunde con el trigo
Para el Arzobispo de Trujillo la cizaña sólo es posible distinguir y extirparla del trigo “sólo en la cosecha”
«La enseñanza es clarísima. Bien y mal están mezclados, están juntos en la historia e incluso al interno de nuestra conciencia, pero la Biblia nos enseña que Dios no está de acuerdo con la prisa de los fanáticos que no respetan los tiempos de la misericordia, los espacios para la conversión, los llamados a la libertad del hombre.»
La semilla de mostaza que se trasforma en un árbol
Así mismo, Mons. Miguel nos recuerda que en este contraste “en este contraste entre lo mínimo y lo grande se encuentra el valor simbólico del Reino de Dios” que Jesús nos propone a partir de la semilla de mostaza.
La levadura que fermenta
Y también para el Presidente de la CEP, el Reino de Dios a semejanza de la levadura, es “es una realidad modesta y escondida. Por eso, no debemos desanimarnos o desilusionarnos: su energía secreta es potente, y lentamente transformará la historia, y crecerá hasta ofrecer sus frutos y su sombra a todos los pueblos de la tierra.”
Conclusión
En otro momento, el Arzobispo de Trujillo nos recuerda que “Las parábolas de hoy son una enseñanza de esperanza y de confianza, en Dios, en las múltiples posibilidades que tenemos con la gracia y la bendición de Dios.”. “Se necesita saber entender, comprender, saber compartir la paciencia de Dios, se necesita saber esperar.”
Queridos hermanos, “en el campo de la historia en efecto, se enfrentan siempre el trigo y la cizaña; el Señor y el espíritu del mal, se enfrentan también dos métodos de cosecha, aquel violento que erradica rápido y aquél de la paciente selección y espera.” “El crecimiento lento y turbulento del Reino de Dios, se transforma entonces, en una enseñanza para todos los discípulos de Cristo y para toda persona de buena voluntad.” Fue la invitación final de Mons. Miguel al concluir su Homilía Dominical.
Lee su Homilía completa aquí:
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